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martes, febrero 21

Valencia: Lucia Etxebarria

De Lucía Etxebarria

Los valencianos han pagado con sus impuestos los siguientes despilfarros inútiles :

760.880.921 euros = el edificio de la ciudad de Ciudad de las Artes.
1.500.000.000 euros = America’s Cup. solo tuvo una audiencia del 4% de share
100.000.000 euros = Formula 1.
100.000.000 euros =La visita del Papa en 2006
400.000.000 euros = El nuevo Mestalla. para el Valencia club de futbol (entidad privada), cuando está a punto de quebrar la entidad
113.000.000 euros=Open de Tenis. que todas las ciudades han desechado
2.000.000 euros = Plaza cubierta. en Xativa
4.000.000 euros = Campaña A favor del trasvase.
Subvención anual de la Televisión Valenciana: 130 millones de euros. Todo el cine español recibe al año 70 millones de euros.15000 personas trabajan allí, más personal que en Telecinco. Pagó 500.000 euros para estrenar ‘La piel que habito’ y a continuación la vendió a Telecinco para que la emita antes por 150.000 euros. ( Es decir, el directivo se quedó con la pasta restante, a todas luces)
15.000.000.000 euros : Deuda de la comunidad Valenciana
Pero no había dinero para que los menores valencianos pudieran estudiar en edificios y no en barracones. Para que pudieran estudiar sin tener que ir con mantas a un instituto sin calefacción y con goteras

Cuando un chico sacó un vídeo de la situación, en la que se veía a los estudiantes tomar apuntes cubiertos por mantas, se le expulsó del instituto. Los alumnos pues decidieron salir a la calle a protestar y reclamar una educación digna.
Como respuesta, se les envió un operativo policial más potente que el enviado a Sol en las protestas del 11 M.
Se agredió a menores que se habían manifestado pacificamente. Están corriendo videos en los que se ve como la policía agrede a dos niñas y a un niños que no estaban haciendo nada, que simplemente estaban quietos.´
La Comunidad Valenciana es la segunda autonomía con más fracaso escolar. Ha empeorado en 14,4 puntos en el período 2000-20006 y sólo está por detrás de Ceuta.

Además EL País Valencià es la comunidad autónoma que más desatiende su sistema sanitario. Según el informe de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp) en su último informe sobre Los servicios sanitarios de las comunidades autónomas 2010.

Por supuesto, la televisión autonómica valenciana ( repito : Subvención anual de la Televisión Valenciana: 130 millones de euros. Todo el cine español recibe al año 70 millones de euros) no informa de esto

La policía ha realizado más detenciones en Valencia en la protesta estudiantil de los últimos días que en las movilizaciones registradas en el último año, en el resto de España ( manifestaciones del 15M y contra r los recortes presupuestarios) Ha habido 38 detenciones, ocho detenidos menores.

El jefe superior de Policía de Valencia, Antonio Moreno, se ha negado a explicar cuántos efectivos policiales ha desplegado porque no piensa “proporcionar esa información al enemigo”. Si tu enemigo es un crío cuya arma es una mochila, tienes un problema.

Se supone que los estudiantes han alterado el orden público. No ha habido quemas de contenedores, ni un escaparate roto, ni un cristal rajado.

La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Paula Sánchez de León, que ha presentado al responsable policial y no ha intervenido hasta que han terminado las preguntas para expresar su deseo de que los incidentes queden “como un anécdota que no se vuelva a repetir”.

Tú, votante de derechas, que eres católico ¿ Quieres que hablemos del mensaje de Cristo? ¿ Es esto ayudar al desfavorecido? ¿ Es esto sostener el mensaje cristiano de la genenerosidad y la no violencia?

En los evangelios, Jesús nos habla de los niños o nos pone en sus ejemplos a los niños : “El que recibe a este niño en mi Nombre me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe a Aquel que me envió” Lc 9, 46-50 ¿ De verdad te puedes decir católico y justificar la agresión a menores que, repito, no han roto un cristal, no han quemado un contenedor, no han destrozado un escaparate, sino que se limitaban a reclamar una escuela con calefacción y sin goteras, escuela que podrían haber tenido si el dinero de los impuestos de los valencianos se hubiera destinado a lo que se supone que se destina y no a fastos faraónicos que benefician – mucho- a muy pocos ?

Publicado por Lucia, la noticia la he visto en atrio.org

jueves, febrero 16

Saber usar el tiempo

El tiempo es un bien único, insustituible y escaso, del que están hechas nuestras vidas. Si lo perdemos, estamos perdiendo la vida. ¡Y qué poco lo valoramos y qué mal lo gestionamos! Debemos aprender a administrarlo. Desde la escuela se nos debería enseñar a valorarlo y a gestionar el tiempo. 

Lo precisamos para todo. Para trabajar, descansar, divertirnos, educar a los hijos, practicar un deporte, leer, viajar, aprender, amar. Hace falta tiempo para reflexionar, intercambiar opiniones, participar, es decir, para ser un activo ciudadano; un ciudadano que contribuya, en la medida de sus posibilidades, al fortalecimiento de la democracia, y que debe realizar aquellas actividades –solidarias, formativas– que le proporcionan estímulo para la convivencia y autoestima.

Cada persona debe preguntarse: ¿por qué me falta tiempo? ¿En qué lo pierdo? ¿Cuál es la mejor manera que tengo de usarlo? Y formular sus propias respuestas, que dependerán de sus condiciones de vida y de sus prioridades. Si no lo hacemos, estaremos en manos de los demás y de las circunstancias. 

Debemos convertir nuestro tiempo en felicidad, optimismo y alegría compartida, y no emplearlo en proyectar sobre los demás frustraciones y rencores. Hagamos que las 24 horas de las que disponemos sean fructíferas. Convirtamos la puntualidad en una virtud y una exigencia ética, y no lleguemos tarde a citas y reuniones, porque el tiempo de los demás merece ser tan respetado como el nuestro. “Sé tú mismo el cambio que esperas ver en el mundo”, decía Gandhi.

Todo ello resulta cada vez más difícil, pero también más necesario, en un mundo como el actual en el que, por primera vez en la historia, el ser humano es consciente de que le falta tiempo. Vivimos continuamente con prisas. No nos basta con tener un buen empleo, una excelente familia, amigos de toda la vida –todo ello dificilísimo–, sino que también deseamos que sea compatible con el gimnasio, leer, seguir cursos de idiomas, ir a espectáculos, ver la televisión, viajar, ayudar a una ONG y muchas cosas más. 

A nuestros hijos les metemos en la misma vorágine. El resultado es que nos sentimos abrumados luchando contra el tiempo, lo que produce estrés, sensación de que no llegamos, insatisfacción.

Hagamos un alto en el camino, y reflexionemos. Démosle tiempo al tiempo. Aprendamos a valorar cada minuto de la existencia, porque en eso consiste el arte de vivir. Debemos tener claro una escala de prioridades; no todo es importante.

La falta contemporánea de tiempo, común a muchos países, se une en España a una dificultad añadida: la irracionalidad de nuestros horarios. Muchos sufren prolongadas jornadas laborales que les obligan a llegar a casa tarde y agotados, y a dormir poco y mal; y les deja sin tiempo para compartirlo con la familia, ni para formarse y distraerse. Ello repercute en la elevada siniestralidad laboral y de tráfico, en la baja productividad, en un alto grado de absentismo, en un mayor número de separaciones matrimoniales, en la baja natalidad.

Ser felices dentro y fuera del trabajo es posible y debemos hacerlo realidad.

 

miércoles, febrero 15

No es el paro sino los finanzas

Si no hemos caído al abismo, se lo debemos a las intervenciones con dinero público. Esto ha generado el déficit que utilizan los gobiernos para recortar derechos y conquistas sociales.

La fase del capitalismo actual se ha caracterizado por la hegemonía de las finanzas que se ha impuesto sobre la actividad productiva, la innovación de productos y procesos de producción, la investigación y la innovación. La codicia, la obtención de ganancias rápidas y fáciles, la especulación, se han convertido en norma de comportamiento entre las elites económicas. Hemos pasado a estar gobernados por los señores de las finanzas, que ya no se conforman con ejercer como grupo de presión a los gobiernos, sino que ahora quieren llevar ellos mismos el timón de la economía internacional. Los ejecutivos bancarios ocupan puestos de responsabilidad política y se encuentran al frente de Bancos centrales.

La cantera mayor la proporciona Goldman Sachs, como lo muestra el libro Marc Roche, El Banco. Cómo Goldman Sachs dirige el mundo (ediciones Deusto, 2011). El autor es corresponsal en Londres de Le Monde, pero también escribe para otros prestigiosos diarios. La idea de este libro germinó, como él mismo dice, en la crisis financiera del otoño de 2008, aunque el proyecto está ligado a su trabajo profesional. La obra resulta interesante, y además, como el autor señala: "He querido a todo precio evitar el clásico cuento moralizante sobre la lucha entre el bien y el mal. También me he resistido a caer en el enfoque sesgado consistente en atribuir poderes maléficos a los que consiguen el éxito eminentemente a fuerza de trabajo. El Banco no es ni la encarnación del bien sobre la Tierra ni la potencia diabólica que muchos describen".

No obstante, hay que subrayar que si bien ese enfoque no conspirativo es acertado, el mundo de las finanzas ha creado un desaguisado de tal naturaleza que resulta muy difícil deshacerlo y esto complica encontrar vías de salida a la crisis actual. La opacidad que rodea a las finanzas, la ingeniería financiera practicada, la emisión de derivados tóxicos, la utilización de los paraísos fiscales, entre otras cosas, así como el uso de prácticas irregulares, les hace responsables de una crisis de la que, sin embargo, salvo algún caso que otro, se están marchando de rositas.

Habría que exigir responsabilidades políticas y penales por el daño causado, y esto no se está haciendo. A más de uno habría que quitarle la licencia como banquero, o inhabilitarle como alto ejecutivo.Encima se les premia dándoles responsabilidades de gobierno. Se han utilizado cuantiosos recursos públicos para salvarles de la bancarrota, y gran parte del déficit público se debe a ello. No se les ha exigido nada a cambio, y no solamente eso, sino que han vuelto por sus fueros dando elevados bonus a sus ejecutivos, como premio por habernos llevado al borde del abismo. Pero si la caída al abismo no se ha producido ha sido por las intervenciones públicas. Habría que exigir responsabilidades políticas y penales por el daño causado, y esto no se está haciendo. A más de uno habría que quitarle la licencia como banquero, o inhabilitarle como alto ejecutivo.

El nuevo ministro de economía en España ha sido un alto ejecutivo de Lehman Brothers, el banco que arrastró a todos hacia un posible desastre si no se hubiera actuado con rapidez por parte de los diferentes gobiernos, pero que ha tenido elevados costes. Al nuevo ministro, por si no se ha enterado de lo que pasó en su propio Banco, le recomiendo la película Margin call, que nos ayuda a comprender qué es lo que pasó en 24 horas en una institución financiera, que puede ser precisamente la suya. Por supuesto, a todos se la recomiendo, así como el documental Inside Job. Películas que ayudan a entender más que muchos libros de economía opacos y confusos.

Dicho todo esto, poco se puede esperar de este Gobierno en España, y que ya con las primeras medidas tomadas ha dado claras muestras de por donde van a ir los tiros. No se trata de insistir en los efectos perversos que tienen las medidas de ajuste, de lo que ya hemos escrito en varias ocasiones, pero sí manifestar una y otra vez de que faltan remedios que vayan a la esencia de las causas y no a los efectos. A algunas de esas causas habría que añadir la burbuja inmobiliaria, en la que las finanzas también desempeñan una elevada responsabilidad, y a la que se quiere volver, tal vez como añoranza de un pasado en el que se suponía que España iba bien, mientras se estaban sembrando las semillas de la destrucción económica y de empleo.

Las medidas tomadas, con el fin de resolver el tan denostado déficit público, y que seguramente nos conducirán a más paro y a una recesión, supondrán un deterioro del Estado del bienestar, la investigación, la ciencia, el medio ambiente, la atención a los mayores, y en definitiva, acabarán con lo que ha sido un progreso significativo, aunque no suficiente, de la sociedad española. Δ

Carlos Berzosa. Catedrático de Economía y ex Rector de la UCM. CCS.


Publicado en la Revista Fusión