Ayer en mi comentario, la sociedad insociable, me refería a un rumor, a un aire, a un run run que recorre Europa y que parece lleno de xenofobia.
Hoy, leo a Emma Riverola en una columna de El Periódico de Barcelona titulada: en el umbral del odio. En ella recuerda como el nazismo encontró en las clases media la base ideal para injertar sus ideas xenófobas contra los judíos.
Y es fácil establecer un paralelismo con la actualidad, Emma afirma que Angela Merkel hace una ecuación sencilla; si la buena Alemania es de raíz cristiana, la mala es la musulmana y así, de un plumazo cuestiona la libertad de credo y la bondad de toda una comunidad.
No es la única, lo mismo hace Sarkozy con los gitanos rumanos, y Berlusconi contando chistes de judíos.
Mientras tanto, los culpables de la crisis siguen impunes, los políticos quieren mantener sus cuotas de poder y los más débiles se perfilan como chivos expiatorios.
¿Cuánta presión seremos capaces de aguantar hasta que el odio estalle?
¿Hacia dónde caminamos? ¿Dónde quedan nuestros principios?
Para seguir haciendo camino:
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