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domingo, agosto 22

los diez mandamientos

He leído en El País un artículo de opinión en el que  Ignacio Sánchez-Cuenca, profesor de Sociología en la Universidad Complutense nos habla de  los diez mandamientos que debe cumplir un artículo de opinión.

Os dejo una muestra de algunos y os invito a leer el artículo completo en el periódico donde se publica. Sigue el enlace: los diez mandamientos

1. Tendrás cuidado con las subordinadas. Como quiera que la lengua de Cervantes es extraordinariamente versátil, según se refleja en nuestro acervo literario, así como en el pasmoso desarrollo de nuestro lenguaje administrativo, único en el mundo por lo que se refiere a prolijidad y precisión, no está de más que, en el espacio sofocante de una tribuna de periódico, el autor tenga la elegancia de recortar la longitud de sus frases. 

2. Si eres alto cargo, presidente de una gran empresa, representante de una ONG o responsable de no sé qué observatorio, no escribas un artículo; menos todavía si es el "Día Internacional de...". Dichos artículos son planos, previsibles y tediosos.

3. No utilices nunca palabras como "baladí" u "ominoso", ni expresiones absurdas como "niego la mayor" o casticismos taurinos en general. Huye también de "a la sazón" y "de suerte que".

4. No insultes ni faltes en demasía a quien piensa diferente, ni ridiculices la opinión ajena para agrandar la tuya. No es necesario decir que para discutir con el contrario tienes que ponerte a cuatro patas.

5. No hables demasiado de ti mismo, aunque sea de forma indirecta. El truco consiste en presentar, a propósito de una cuestión cualquiera, un panorama dominado por necios y fanáticos. Para ello conviene hablar de "la tribu" o de "la secta".

6. Si eres jurista, no escribas. El conocimiento de las leyes está contraindicado para el artículo de opinión. El fárrago resulta indigesto, incluso si tiene menos de 1.500 palabras.

7. No escribas artículos "desiderativos" en los que se dice "el Gobierno debería hacer reformas para salir de la crisis" o "la sociedad española debería tomar conciencia de la problemática de la inmigración". Los buenos propósitos se dan por supuestos. De lo que se trata más bien es de explicar por qué un curso de acción evidente y deseable no se lleva a término

8. Según explica Irina Semionov, una de los fundadores de la escuela semiótica rusa, en un tratado maravillosamente traducido por el catedrático de lenguas eslavas Bernabé Odriozola, si eres profesor de universidad debes abandonar las citas, los nombres, las teorías y las referencias bibliográficas. No te imaginas lo poco que le importa todo eso a tus lectores.

9. No te dejes llevar por las introducciones. Muchos autores se recrean en prolegómenos y cuando de verdad entran en materia, se les ha acabado el espacio para decir algo interesante. Como dicen los ingleses, get to the point.

10. No caigas en la tentación del adjetivo y menos si es truculento y apocalíptico. El adjetivo colorea, pero no contribuye al entendimiento. Hay que tener una fuerza de voluntad hercúlea para escribir sobre Francisco Camps y no añadir que es un cursi. No obstante, los buenos autores son aquellos que aprenden a dominar sus impulsos.

11. Lee siempre los artículos de Miguel Boyer, que son modélicos.

Todos estos mandamientos se resumen en dos: no aburrirás al lector y no aburrirás al lector.

Qué así sea


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