Las manos hablan. Muchos de nosotros solemos gesticular para apoyar nuestros argumentos cuando dialogamos con los demás. Las caricias son un lenguaje rico, una forma de comunicación que nos permite aproximarnos al otro. Usarlas para acariciar al otro y ser acariciado es, debe ser, una necesidad. Hay caricias que consuelan, que alientan, que alivian, que reconocen, que despiertan deseos. Existen caricias llenas de pasión, de amistad, de ternura que en muchas ocasiones pueden expresar mejor que las palabras nuestros sentimientos.
Un abrazo, un apretón de manos, pueden resumir, mejor que las palabras nuestros sentimientos. Por eso es importante acariciar y dejarse acariciar. Mario Benedetti escribió este poema sobre las caricias, espero que os guste.
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen.
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada.
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo la lujuria.
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto.
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia.
Es claro que lo mejor
no es caricia en si misma
sino su continuación
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